sábado, 24 de abril de 2010

Cuento de Marzo - Carlos y el caballo

Hace cincuenta años había un hombre muy rico llamado Carlos. Tenía una casa lujosa en mitad del campo, era su casa de verano.
Un día fue al pueblo y le ofrecieron un caballo. Un caballo negro, hermoso, fuerte y con mucho
temperamento. El hombre sin pensarlo mucho lo compró. Se lo llevó a su casa, le puso una silla lo empezó a montar.Cabalgo por una inmensa llanura y volvió a casa.
Era el mejor caballo en el que él había montado, le gustaba tanto que lo montaba todos los días. Cuando montaba en él, era como un solo ser vivo ya que se
compenetraban estupendamente y como lo hacían tan bien, se apuntó a muchas carreras. Muchas de ellas las ganó y se hizo popular entre el público.
Pero un día estaba montando y Carlos se cayó, sufrió un gran golpe y se quedó invalido. No podría hacer la cosa que más le gustaba en el mundo: montar a caballo.
Cuando el animal se
dio cuenta de que su amo ya no lo montaba, se deprimió y dejó de comer.
La noticia de Carlos salió en los periódicos y un joven inventor llamado
Andy, creó una silla especial para que Carlos pudiera montar sin caerse, pro el invento fracasó. No era igual que antes, era como cabalgar en un caballo de mentira, de los que hay en los recreativos de los centros comerciales.
Carlos pensó que vivir inválido sin poder montar, no era vivir y un día a las siete de la tarde cogió una pistola que tenía en su casa se suicidó.
El caballo, que que siguió sin ser ensillado, no comía nada y un día se dejó caer en el establo y murió.
Cuando el suceso salió en los periódicos no decía nada de cómo murieron y esta historia siempre será un secreto para el mundo.

Cuento de Febrero - Empresaria



Erase una vez una empresaria llamada Julia, era una mujer alta, guapa, pero no era feliz.
Esta mujer era muy ambiciosa, y siempre lograba sus propósitos y por tanto ganaba mucho dinero. Pero a la vez que lo ganaba se lo iba gastando en ropa de lujo y aparatos electrónicos.
Un día la mujer dejo de tener ideas para su trabajo y ganaba cada vez menos, pro tenia la costumbre de gastar mucho dinero y poco a poco acabó quedándose sin nada.
Un día su jefe le dijo que habían encontrado a un candidato más preparado para su puesto y a ella la despidieron.
La chica intentó ganarse la vida como pudo, pero solo encontró un puesto en un mercadillo.
La mujer compraba bragas a buen precio y las vendía. Su puesto tenía miles de bragas de todos los tamaños y colores y había un cartel que decía: "Por la compra de tres bragas regalamos un libro". Eran libros de su casa que ella ya había leído.
En ese mercadillo se dio cuenta de el interior de las personas, de lo que era en verdad la felicidad, de que no importa la ropa que lleves, ni si eres alta o baja sino de cómo eres con los demás y lo que pienses.
La mujer se hizo amiga de las personas de los otros puestos y después de unos meses se hicieron todos una gran familia. Y cuando cerraban los puestos se iban todos juntos a jugar a las cartas o a tomarse un café.